lunes, 13 de junio de 2011

Vuelta a la Habana

A los 9 meses de estar en este pueblo me ordena el jefe de la sección que salga con mis telegrafistas a relevar la estación inmediata llamada del “Toro” que está situada en un monte muy elevado y a tres leguas del pueblo llamado “Los palacios”.
La fuerza que vamos a este punto son tres batallones de Infantería, la guerrilla del pueblo anteriormente dicho, una sección de artilleria con dos cañones y los 10 ingenieros telegrafistas que nos vamos a quedar allí. Toda esta fuerza va a las ordenes del General Hernandez de Velasco.
Al internarnos en el monte y a la vista del fuerte nos ataca el enemigo con tal furia que manda el General tomemos las lonas a la bayoneta. Después de espantar al enemigo de aquel punto me hago entrega del destacamento del fuerte y estación óptica.
El personal que relevo se marcha aquella noche a los Palacios acompañado de la guerrilla de la columna pues todo el resto de la fuerza acampa aquella noche en las inmediaciones del fuerte, emprendiendo marcha a la madrugada siguiente en busca del enemigo.
Se me cae el alma a los pies al ver el fuerte pues es de grano el techo y las paredes de piedra pero puesta una encima de otra sin resistencia de ningún genero, tanto es así que si se quita alguna piedra se cae toda la pared.
El personal que lo guarnece se compone de 18 soldados y dos cabos de Infanteria, 9 soldados de ingenieros y yo que soy el Jefe del destacamento. Total 20 hombres armados de fusil Mauser y 6 cajas de municiones que son 9000 cartuchos.
Tenemos la suerte de que al enemigo no le tiene cuenta atacar a estos destacamentos pues unicamente conseguiría apoderarse de los 20 hombres y cortar la comunicacion heliográfica de la provincia pudiendo asegurar en cambio que dejarían ellos en el campo muertos algunos cientos de ellos. Por esto solo nos atacaban desde los montes inmediatos y sin avanzar ni una pulgada. En este fuerte tengo la suerte de estar solo 20 días incorporandome otra vez a Candelaria haciendome cargo de la estación óptica y del telégrafo de la compañía del Ferro-carril pues no tienen mucha confianza en los paisanos que desempeñan el servicio este y nos ordenan a nosotros lo desempeñemos.
A los dos meses de estar así, recibo orden de marchar a la Habana para unirme a una compañia de mi batallón que acaba de llegar de la península.

lunes, 6 de junio de 2011

Enfermedades y fuegos

Después de 20 días aproximadamente quedan instaladas todas las estaciones quedando en comunicación toda la provincia de Pinar del Río con la Habana.
En este pueblo estoy destacado 9 meses de los cuales paso casi la mitad enfermo con el vomito, pulmonía con dolor de costado, disenteria, gusto cubano y calenturas de aclimatación. No obstante, el tiempo que estoy bien lo paso divinamente pues como somos los primeros militares que hemos llegado nos quiere todo el pueblo, además que nos conceptúan como hombres sobrenaturales por que ven que trasmitimos por medio de espejos y luces de petróleo.
El servicio que desempeñamos es casi todo de noche pues por el día se hace difícil cuando se nubla el sol (que es con frecuencia).
En todas cuantas diversiones hay en el pueblo nos encontramos los telegrafistas.
A los 6 días de estar, tenemos el celebre fuego de Candelaria, del cual hablo mucho la prensa de España. Este fuego duró 22 horas y tuvimos que pelear contra ocho mil insurrectos a las ordenes del cabecilla Maceo.
Nosotros eramos 300 hombres entre militares y voluntarios del pueblo. Como no había trincheras en el pueblo teníamos que tirar desde las esquinas de las casas y acostados en las calles. A las 22 horas de fuego y cuando se nos iban acabando las municiones llegó la columna del general Canella que gracias a él nos salvamos de una muerte segura. En agradecimiento a esto le nombro el pueblo hijo adoptivo y la Reyna de España le concedió el titulo de Marques de Candelaria.
Los cuatro meses restantes a este fuego casi todas las noches teníamos tiroteos algunos de bastante importancia pues los insurrectos querían destruir el pueblo en vista de las muchas bajas que habíamos echo anteriormente.

lunes, 30 de mayo de 2011

Linea de comunicaciones

El oficial me dice que distribuya a los soldados en avanzadas pues si el enemigo sabe que solo somos 30 es fácil que nos almuercen. Una de las avanzadas sorprende una puerca con 6 cochinillos y matan 4 de ellos con los cuales nos damos por la noche un suculento banquete. Llueve torrencialmente y en vista de que no vienen de la estación inmediata en auxilio nuestro, ordena el oficial que cojamos los caballos que han quedado sanos y emprendamos marcha para el Rincón (estación inmediata) dejando abandonado el tren.
Como los caballos que llevamos no son más que 10 me dice que vaya de exploración montada a caballo. El resto de la fuerza vienen unos a pie y otros a caballo yendo en los caballos 2 hombres en cada uno. Después de 2 horas de marcha llegamos al Rincón. Parecemos gitanos más que soldados pues los que vienen a pie van de barro hasta la cintura y todos de agua hasta la coronilla. Al día siguiente y después de arreglada la vía regresamos a Guanajay continuando los trabajos del fuerte Juda.

Una vez terminado el fuerte dejamos en el a 30 hombres y el resto de la columna emprendemos marcha con dirección a Artemisa (pueblo 6 leguas de distancia de este ultimo) llegando a las 6 de la tarde y pernoctando aquella noche en dicho pueblo salimos a la mañana siguiente con dirección al Ingenio el Pilar (dos leguas de Artemisa) En este trayecto me toca arreglar también la linea telegráfica que está rota. En este Ingenio empezamos la construcción de otra torre óptica en comunicación con la anterior. Esta torre es una garita grande encima del tejado del Ingenio a la que hay que subir por una escalera de mano de una altura de 50 metros.
De los 8 días que tardamos en hacer la torre óptica dos de ellos tenemos que dejar el trabajo para perseguir unas partidas insurrectas que tiene a bien tirotearnos desde bastante lejos. Despues de terminados todos los trabajos dejan 6 telegrafistas para el servicio óptico y 20 soldados de Infantería para guarnecer el Ingenio (fuerza suficiente para que se los coman los insurrectos cuando les de la gana) emprendiendo el resto de la fuerza marcha con dirección a Candelaria (pueblo a 5 leguas de este ultimo). En este pueblo se instala otra estación óptica en comunicación con la anterior. En ella me quedo yo con 9 telegrafistas y el resto de la columna continua marcha por la provincia de Pinar del Río para continuar el cordón de torres ópticas.
Para montar los aparatos telegráficos como hay que hacerlo en puntos elevados y el único edificio elevado del pueblo es la Torre de la iglesia (que es toda de madera). Tiramos la cúpula y hacemos una azotea en donde se ponen los aparatos de sol y para los de luz que se usan por la noche los colocamos en el piso de las campanas saliendo el foco de luz por el hueco de estas. A los 8 días de estar en el pueblo aparece a 10 leguas de distancia otro heliógrafo. Después de ponerse en comunicación con el me dice que es otra estación que ha montado la columna que se marchó. Esta estación está situada en una loma llamada del “Toro”

lunes, 23 de mayo de 2011

Construyendo

El día 27 formamos una columna completa de una Compañía del Batallón de España (nº46), otra de zapadores, minadores y la nuestra saliendo a hacer unos reconocimientos por las lomas inmediatas para colocar la 1ª estación óptica que comunica con el Castillo del Príncipe de la Habana.
Después de hacer varios reconocimientos encontramos una loma llamada “Alanquiras” desde donde se divisa perfectamente (con auxilio de un anteojo terrestre) la Habana.
En dicha loma se empieza la construcción de un fuerte que a la terminación se le da el nombre de Juda.
En la contrucción se emplean 15 días y los materiales par el los llevamos de Guanajay (pueblo inmediato) teniendo que transportarlos al hombro de los soldados por ser imposible otro modo por lo accidentado del terreno.. En la construcción se emplea la compañía de zapadores minadores y el resto de la fuerza estamos de avanzada alrededor para que no nos sorprenda el enemigo.
Uno de los días que se está haciendo dicho fuerte me nombran con 10 hombres y un oficial para que vallamos de escolta de un tren que conduce al General Marin (Capitán General interino) el cual va a hacer entrega del mando de la Isla al General Weyler que llega al día siguiente.
Durante el trayecto nos tiran algunos tiros los insurrectos y a la mitad del camino descarrila el tren inutilizándole dos coches de tercera y uno que lleva los caballos del general y saliéndose de la vía todos los coches restantes. Al descarrilar el coche de los caballos, saltan dos de estos fuera de la linea y se matan.
En vista de lo ocurrido el General se marcha en la maquina exploradora a la Habana, dejandonos al oficial y los 30 soldados al cuidado del tren.

lunes, 16 de mayo de 2011

Primeras operaciones

El día 12 del mismo mes de enero soy destinado al Castillo del príncipe (una de las mejores fortalezas de la Habana) para montar una estación heliográfica en comunicacción con Puentes-Grandes (pueblo inmediato) y Fortaleza de la Cabaña.
El día 16 me relevan de dicho puesto para que me incorpore a mi Compañía.
Teniendo noticias el día 17 de que los cabecillas “Maximo, Fomer y Mace” al mando de 8000 insurrectos se encontraban cerca de La Habana, ordenan que salgamos la fuerza disponible con dirección a Jesús del Monte en donde nos reunimos un total de 2000 hombres de Infantería, Caballería, Artilleria, Ingenieros y varios voluntarios de la Habana. Toda esta fuerza a las ordenes del Coronel Zort emprendemos marcha el día 18 a las 4 de la mañana con dirección a S.José de las Lajas.
La noche anterior tuvimos que dormir en los pesebres de las mulas de los tranvias de Jesús del Monte. Como las partidas insurrectas iban montadas en buenos caballos y nosotros a pie, no pudimos darles alcance, además por los pueblos donde pasaban se llevaban raciones y cuanto encontraban con objeto de que no pudiéramos racionarnos. La llegar a S. José de las Lajas tuvimos que hacer una parada de 5 horas pues desde las 4 de la mañana hasta las 12 de la noche que llegamos a dicho punto no habíamos comido nada ni habíamos descansado más que una hora.

La columna del general Aldecoa que venia en combinación con nosotros y en sentido opuesto fue la que encontró al enemigo teniendo un reñido combate. Nosotros regresamos por otro camino a la Habana. Camino que recorrimos en esta operación 20 leguas. Tiempo invertido dos días y una noche comiendo solo un rancho compuesto de arroz y carne sin sal. El día 24 salimos mi compañía en un tren especial con dirección a Guanajay para establecer las estaciones de telegrafía óptica desde este punto hasta Pinar del Río. En las 14 leguas que hay desde la Habana hasta Guanajay nos encontramos toda la linea telegráfica destrozada y todas las estaciones ardiendo (azaña que hacían los insurrectos para que no tuviesemos medios de comunicación telegráfica ni férrea). En vista del mal estado de la linea telegráfica y como yo había sido Jefe de reparaciones en el Batallón de Telégrafos de España, me ordenan que con 4 soldados haga la reparación de dicha linea escoltandome el resto de mi compañía que marchaba en el tren al paso que nosotros la ibamos recomponiendo. Después de tres días llegamos a Guanajay y nos encontramos que nuestro trabajo había sido inútil pues los insurrectos habían vuelto a romper la linea.

lunes, 9 de mayo de 2011

Llegada a Cuba, primeras impresiones

El temporal ha menguado hasta el dia 31 de Diciembre (fin de año) que al levantarnos encontramos el mar como una balsa de aceite. “Año nuevo, vida nueva”
El día 5 de enero llegamos a San Juan de Puerto-Rico. El día 6 después de haber tomado el barco carbón, agua y víveres volvemos a emprender marcha con dirección a la Habana donde llegamos el día 8.
Hemos tardado en la travesía 20 días, tardando todos los vapores correos por lo general de 12 a 14 días. Durante la travesía se han muerto 4 soldados que han encontrado sepultura en el fondo del mar. A las 12 de la mañana desembarcamos y nos llevan al cuartel de Madera donde nos agregan a formar parte del batallón mixto de ingenieros de esta Isla. En esta tierra hace un calor insoportable, creo me voy a asar como S.Lorenzo en las parrillas aunque cada hora estoy tomando un refresco.
La Habana me gusta, aunque vale menos que algunas capitales de 2º orden de España, lo que más me gusta es el precioso puerto que tiene. Las mujeres las divido en la siguiente forma, las blancas en 4 partes, de ellas unas pasables y las tres partes restantes en condiciones para llevarlas a un museo de pintura pues después de tener la cara del color de la cera se pintan tan exageradamente que parece su cutis la paleta de un pintor. Las negras son repugnantes pues además de ser como el carbón sudan mucho y parece su sudor grasa. Además hay una mujer mulata que es mestiza de negra y blanco que es un poco mas clara que la negra.
La mujer de este país no sirve (la mayoría) nada más que para estar sentada en una mecedora haciendo aire con el abanico pues son muy gandulas y cochinas y sobretodo.... por pundonor no lo escribo en estas memorias.

lunes, 2 de mayo de 2011

Inicio del viaje

El día 18 de diciembre del año 1895 y a las 4 de la tarde salí de la estación del Norte de Madrid en el tren correo de Santander, formando parte de la 1ª Compañía de Telegrafía Óptica destinada a la Isla de Cuba.
El día 19 a las 4 de la tarde llegamos a Santander en donde nos alojan en el deposito de ultramar, no teniendo para dormir nada mas que el triste suelo y con bastantes ratones por cierto. Por encontrarme yo enfermo de la vista me permite el capitán de mi compañía que me vaya a dormir a una fonda pero me reuno con otros sargentos que se han escapado del deposito y como las santanderinas son tan simpáticas y hermosas me olvido de que tengo la vista mala y... no dormimos en toda la noche..
Día 20, concluimos de gastarnos todos los sargentos hasta la ultima peseta que nos queda y a las 12 de la mañana nos embarcamos toda la compañía en el vapor correo de la compañía trasatlántica “Antonio López” que a las 4 de la tarde tiene el gusto de elevar anclas y romper marcha con dirección a Coruña. Al ir desapareciendo la costa de nuestra vista nos quedamos preocupados pensando quien será de nosotros el que tendrá la dicha de volver a nuestra querida Patria.
A la media hora de camino y como es tan mala la costa Cantábrica de los 120 hombres que tiene mi compañía ya se han mareado cerca de 90, tenemos temporal algo fuerte.
Día 21 a las 2 de la tarde llegamos a la Coruña en donde embarcan unos 500 soldados de la recluta voluntaria que parecen la mayor parte presidarios.La recluta voluntaria la componen hombre que por una pequeña cantidad se venden al gobierno para ir a Cuba.
Después de haber embarcado dichos individuos volvemos a emprender marcha con dirección a donde el temporal que se arrecia nos deje.
El temporal crece, 18 toros que lleva el barco para el rancho de la tropa se matan por los fuertes balances del mismo y se tiran a la mar. El palo mayor del barco se rompe. El día 24 creo es el ultimo de mi vida, los marineros arreglan los botes de auxilio y salvavidas encerrándonos antes (para maniobrar con libertad) en las bodegas y camarotes.
El cura y las mujeres del barco encomendándose a Dios, muchos soldados cambiando la peseta y yo que tengo la suerte de no marearme, tengo tanto miedo que no me llega la camisa al cuerpo. ¡Buen dia de Nochebuena!